NOTICIAS – 16 ENE 2020
Crecen las propuestas que reúnen en un solo espacio campo y playa. La nueva forma de vivir las vacaciones que se extiende al resto del año.
Ya no hay que elegir. La eterna dicotomía de playa o campo que se planteaba todos los veranos se va desdibujando gracias a una nueva tendencia: las chacras marítimas. Con extensiones de tierra más grandes que un lote común y cercanía privilegiada al agua, estas propuestas llegaron para unir lo mejor de ambos mundos y así seducir a todo tipo de inversores y visitantes. A continuación, un paneo por sus características particulares y los exponentes locales y regionales que han comenzado a explotar un concepto promisorio.
Más espacio, más sustentabilidad. Uno de los desembarcos que se mira con más expectativa es El Salvaje, ubicado a solo cinco minutos de Mar de las Pampas y 80 kilómetros de Mar del Plata. Presentándose como “el primer emprendimiento ambientalmente sustentable de la costa”, pone de inmediato de relieve uno de los diferenciales de estos proyectos. En este caso, El Salvaje crea una zona residencial extraurbana con tres barrios y lotes de entre 2500 y 3000 m2 que aseguran preservar la tranquilidad original de la vida de campo, sumando a esto el acceso directo a playas vírgenes. Todo, conectado con el circuito ecológico Reserva Natural Faro Querandí. Es que para ser sustentable, se ubicó fuera de las dunas móviles, y solo permitirá que vivan unas 800 familias en casi 400 hectáreas. La premisa, cuentan, es preservar el entorno natural original y destacar la abundante flora y fauna autóctona.
Esta búsqueda, que se inició en 2010, convocó público de todo el país, desde Santiago del Estero hasta Ushuaia. “Nos encontramos con personas amantes de la naturaleza y la vida campestre que necesitan este tipo de propuestas. Quienes las eligen afirman su compromiso con el medio ambiente; El Salvaje se despega del concepto tradicional de lote en el que el verde alcanza solo el 5% de la superficie construida”, diferencian el arquitecto Guillermo Cervini y el licenciado Martín Galli.
Pero no siempre hace falta comprar para vivir esta experiencia. A 33 kilómetros de Pinamar, Rincón de Cobo es un campo familiar que ofrece cinco casas para alquilar y así vivir por unos días el plan de la propia chacra marítima. La idea nació a medida que cada integrante de la familia fue heredando su tierra y construyendo su propio hogar, siempre manteniendo un mínimo de seis hectáreas que asegurara la premisa de chacra y permitiera privacidad.
“Hace 18 años comenzamos a alquilar algunas de estas casas, brindando también servicio de hotelería como agregado diferencial. Quisimos decorarlas para que los huéspedes se sientan en casa, no en un espacio de alquiler”, ilustra Paula Delledera, socia fundadora del proyecto. Así, cada vivienda es única y de ese modo lo es también la experiencia que puede vivirse. Lo que sí comparten todas es una vista privilegiada tanto al mar como al campo, la posibilidad de andar a caballo por la playa y un equipamiento que asegura el mayor confort incluso en un entorno tan agreste y virgen.
Encontrar la identidad. Uruguay tampoco es ajeno a esta tendencia. En Garzón, el emprendimiento Las Cárcavas lleva algún tiempo removiendo el avispero del real estate siempre agitado de este país. Se trata de un barrio cerrado de 52 hectáreas parquizadas sobre el mar, con 24 chacras de 9000 m2 y 16 bungalows, firmados por el arquitecto brasilero Isay Weinfeld y con la dirección del arquitecto Leonardo Noguez.
“Ofrecemos un estilo de vida armonioso y sofisticado entre bosques y lagos, donde flora y fauna nativa se mezclan en un particular paisaje, erosionado por el tiempo, cuyas grietas conforman las cárcavas de la costa uruguaya”, describen sus desarrolladores. La sofisticación corre por cuenta del beach club, la cancha de tenis sobre césped, el grill house, el servicio de playa, el palenque, los juegos para niños y el servicio de conserjería prefencial para clientes, entre otros amenities. “Creemos que disfrutar de cosas simples como la naturaleza, el mar y el campo en un entorno de calidad es el nuevo lujo”, apunta Gastón Marquevich, socio en Optimum Capital Partners, desarrolladores del proyecto.
Conforme crece la competencia, crece la especificidad. Por eso, la nueva búsqueda del mercado inmobiliario se enfoca sobre todo en encontrar la identidad única de cada lugar, para explotarla con gracia. “La tendencia es encontrar la diferencia y no ser un espacio más”, sostienen desde Rincón de Cobo. Para los creadores de El Salvaje, las patas que completan esto son tanto la sustentabilidad como el contacto directo con áreas verdes y preservadas. “Una tendencia adicional es que la costa se ha empezado a convertir en un destino de todo el año, dado que las ciudades aledañas crecen cada vez más”, agregan. En las chacras marítimas, cuando el clima no acompañe para meterse al mar, siempre habrá programas para despuntar en el campo. Lo que se dice un equilibrio perfecto.