Áreas Globales – 28 Enero 2021
La salida paulatina de la pandemia y el movimiento económico en busca de nuevas inversiones presenta un próspero escenario para el 2021. Después de un año en el cual el PBI bajó aproximadamente 12 puntos, la mayoría de las industrias deberán plantear una recuperación que incluya la industria inmobiliaria.
El arquitecto Guillermo Cervini, de BPK, director de un desarrollo sustentable de chacras marítimas de 400 hectáreas, emplazado entre el campo y el mar a cuatro horas de la Capital Federal, sostiene que la construcción moviliza a diversas actividades y hoy es una oportunidad porque los valores se han reacomodado y los precios ofrecen una baja sustancial convirtiéndola en un verdadero refugio de valor.
Con respecto a los desarrollos inmobiliarios, se divisa una reactivación de la demanda de la mano de un probable blanqueo de dólares, créditos hipotecarios y una caída de los precios medidos en dólares. De esta manera, se multiplican las alternativas de inversión tanto para quienes consideran el ladrillo como una reserva de valor como para los que buscan un cambio de estilo de vida. Hay un rebrote de la actividad gracias a que un segmento de la población invierte dado que tiene necesidades de vivienda y dólares disponibles. El sector atrae inversiones de quienes tienen excedente de pesos y dólares no sólo como una opción de resguardo de capital sino de mejor rentabilidad.
Las dificultades para ahorrar en dólares impulsaron un aumento de la demanda de desarrollos en pozo y lotes para edificar, beneficiándose los proyectos residenciales premium y barrios privados. El aislamiento impuso nuevos hábitos a la hora de pensar qué y dónde comprar o vender, acelerando paralelamente el crecimiento suburbano. Con una mayor preocupación por la salud y la seguridad, la necesidad de entornos de menor densidad y más espacio ha crecido. La población comenzó a contemplar como prioridad el hábitat natural y la calidad de vida, buscando el diferencial en hogares con mayor amplitud, contacto con el verde y el teletrabajo. Un mercado 100% de consumidor final que dirige su énfasis hacia la sostenibilidad con miras no sólo al verano sino también al resto del año.
Es ahora cuando la industria de bienes raíces tiene la oportunidad de tomar la iniciativa en el uso de habilidades de planificación y estrategias de inversión para remodelar los entornos de trabajo y estilos de vida. A ello se suma la incorporación de formatos virtuales que se han convertido en herramientas en la nueva normalidad, utilizando funciones de transmisión en vivo y en redes sociales. Jornadas de recorridos a puertas abiertas con acceso a la información que permite al cliente migrar cómodamente hacia las transacciones.
Las proyecciones para este año en cuanto a cantidad de operaciones serán positivas. La clave es la confianza y definitivamente una buena propuesta para el consumidor.