Clarín – 10 Marzo 2020
El Salvaje es un emprendimiento de baja densidad, muy cerca de Mar de las Pampas. Sustentabilidad y contacto con naturaleza, atracciones clave.
Las chacras marítimas son una de las respuestas de la oferta inmobiliaria a los cambios de hábitos con respecto a las vacaciones. Aquel que prefiere hacer escapadas durante el año ahora tiene la opción de comprar un lote y construir su segunda vivienda “entre el mar y el bosque” en un barrio cerrado, una idea poco explotada hasta el momento, pero que promete extenderse con el tiempo.
El Salvaje es un ejemplo de este tipo de emprendimiento, en el km 427 de la Ruta 11, a 5 minutos de Mar de las Pampas, 80 km de Mar del Plata y 385 km de CABA. Martín Galli, uno de los directores de BPK Desarrolladora, ex-
plica: “Como usuarios de la Costa de toda la vida advertimos la necesidad de muchos de los que la amamos de recuperar la tranquilidad de sus inicios y la posibilidad del contacto directo con la naturaleza”. Y agrega: “De ese modo surge la idea de trabajar un desarrollo extraurbano, de baja densidad poblacional. La nueva tendencia del público empujó la demanda por desarrollos camperos, en la ribera del río o en las sierras, entonces, ¿por qué no brindar en un mismo producto ambas cosas? La casa del verano y la chacra para la escapada”.
Existe detrás de este proyecto la intención de poner a la sustentabilidad en un lugar preponderante; de ahí que Galli hable de “Green Real Estate”. Esta práctica queda definida por la aplicación de estrategias en los nuevos desarrollos orientadas a la eficiencia energética, la energía renovable, la reducción de residuos y la utilización de materiales de construcción sostenibles, aun cuando esto tenga un costo mayor al de un emprendimiento tradicional.
“Esto implica grandes desafíos en la gestación de un proyecto y el balance de las tres dimensiones de la sustentabilidad: económica, social yambiental”, reconoce Guillermo Cervini, también director de BPK. En este sentido, el masterplan de El Salvaje se compromete a la reducción del impacto en flora y fauna, el uso responsable del recurso acuífero, el cuidado de las napas, la preservación de humedales, el mantenimiento de las geoformas y el tratamiento hidráulico responsable. De hecho, la baja densidad poblacional acota la demanda de recursos naturales: minimiza la impermeabilización y la contaminación sonora.
Además de los compradores que adquirieron un lote para disfrutarlo ellos mismos, la desarrolladora cuenta con inversores que, como señala Cervini, “entienden que estamos marcando tendencia, ya valorada en otras latitudes, y esperan una revalorización importante, incluso con compra de residentes del exterior”. En cualquier caso, es posible tanto comprar solo el terreno o contratar también el servicio de housing a la misma desarrolladora, que propone tres tipologías posibles de vivienda, a la vez que aporta seguridad 24 horas y personal de apoyo. La firma ofrece planes de financiamiento con un adelanto y cuotas en pesos o dólares.
El Salvaje está en funcionamiento con un 82% de terrenos ya vendidos. De los 279 lotes de la etapa 1 se adjudicaron primero 67; y luego sacaron al mercado unos 200 lotes de los cuales ya fueron adquiridos otros 162. Las obras que faltan de esta primera etapa concluirán durante los próximos12 meses.
Galli describe: “Hoy, las casas se disfrutan, se alquilan por Airbnb, la gente va a la playa, hace sus caminatas…”; una postal que refleja que la apuesta tiene buenas perspectivas. Y concluye: “Recibimos un promedio de 20 consultas diarias. La más frecuente esta temporada se trató de la construcción de casas: las alternativas, costos y plazos”.